domingo, 6 de septiembre de 2009

Poema

LA NIÑA DOS Y LAS DEMÁS





Aquellas niñas buscaban un recuerdo primero,
algo de abuelas: un yerro o una foto. El desván
era una estrella enana y muerta, muerta. Tan
muerta que podían mirarla desde cerca. Cayeron
en los agujeros negros de la edad en que todavía
se tiene edad, antes de darse cuenta. Cayeron
en la hipoteca y el tedio, aquellas niñas. Allí mismo
quedaron sepultadas, sus hijas sollozando.
Todo
en apenas un segundo.







Las niñas uno y dos habían leído en una revista
sobre un cantante guapo. Tenía vaqueros ajustados
y el pelo rubio se le metía en los ojos. Aquella noche
la niña dos no pudo dormir. La niña uno, mientras,
fue al escritorio de su padre y con lágrimas
en los ojos selló una carta a fecha
de un día antes. Luego llenó un vaso
de güisqui con hielo (tanto hielo
que al beberlo reventó en silencio).







Un día, la niña tres le dijo a la niña dos
que el Ratón Pérez no volvería a mirar
de más en sus almohadas. En venganza
la niña dos soltó a su perro Limbo
para que se la comiera. La niña tres
gritó que no era culpa de la tele, que no
era culpa de las marcas ni del aborto su
futuro fallido de antemano y sus cursos de
idiomas y divorcios. El eco de su rabia
se escucha todavía si te esfuerzas.







El papá de la niña dos tenía un piso
en la costa y un puro en la boca y un gatito
de porcelana cara en la repisa. Cuando la niña cuatro
preguntó a su papá qué era la soledad, él rió y
luego levantó los pies, acomodándose. La
niña cuatro volvió a su habitación
con la cabeza gacha. Hacía mucho tiempo
que sabía lo que eran los delfines,
las teteras y el rombo, pero nada de aquello
le dolería siempre.







La niña dos murió de celos
una tarde, cualquiera.







En aquel colegio obligaban a uniforme
a cuadros azulones. Las niñas
salían a su hora con las carpetas firmes, las medias
bien subidas, los tirantes. La más mayor
no tendría trece años. Una tarde
hicieron una visita al desván, a por recuerdos
y nadie volvió a verlas.

6 comentarios:

  1. Que mundo maravilloso el de los desvanes con esos baules polvorientos llenos de viejos albumes de cromos, cerraduras oxidadas y fotos de gentes que no hemos conocido. Siempre era sorprendente pasar unas horas en soledad rebuscando en "el alto". Yo creo que aquellas cosas se guardaban allí para que los niños tuvieramos esa experiencia iniciática, y no en los armarios o cómodas donde estaban las sábanas o las corbatas que nadie se ponía nunca.

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  2. durante todo el poema dudé que fuera tuyo.

    ¿Allá también tienen al ratón Pérez? Claro, debe ser un ratón que hace esculturas y artesanías con los dientes blancos y bonitos de los niños europeos, no como el nuestro que necesita salir a robar para hacer sopa con los dientes podridos de niños desnutridos.

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  3. Querido Lima-limón: me hago cargo de lo que te suena mal. está mal. pero como me dijo una tarde el amigo javi (lasbellasaventuras.blogspot), filólogo de pro, todo lo que se puede decir está bien dicho. Hasta los que dicen almóndiga y cocreta. no había pensado mucho en ello, pero si ahora pienso en "uniforme de cuadros" y en "a la fecha del día anterior" y en "la mayor", ninguna de las tres me sirve. tampoco voy a pensar mucho en ello porque no tengo mucha más fe en estos poemas un tanto mentirosos, de finales que buscan el golpe bajo facilón aunque (me critico pero en su justa medida) tienen momentos en que me veo bien agusto.

    aquí se lee Le monde. Es una basura, pero ellos dicen que es muy bueno; cosas de la europa de la degeneración, influencia de la estupidez estadounidense y la dejadez japa, a cual de los dos países más degenerados. Qué miedo volvernos eurotontos, qué miedo que esté de moda ser de derechas, qué miedo de europa civilizada y de buen rollito.

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  4. estás aprendiendo, hijo, ahora limpia la cerca en forma circular, entiendes, en forma circular.

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  5. cosas de la europa de la degeneración, influencia de la estupidez estadounidense y la dejadez japa, a cual de los dos países más degenerados. Qué miedo volvernos eurotontos, qué miedo que esté de moda ser de derechas, qué miedo de europa civilizada y de buen rollito.

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